Nunca dejemos de ser niños pues en ese mismo momento dejamos de soñar y de creer. Por más fuertes que sean las pruebas y nos toque dar paso firme para cumplir con todo lo que nos demanda el día a día, nunca dejemos de ser niños.
Nuestros chiquitos y jóvenes del Campestre, se caracterizan por su mágica forma de ver y afrontar la vida y justamente en estos momentos es cuando están demostrando la fortaleza que les acompaña y la capacidad de entender que cada uno de sus días es un motivo nuevo para ser felices.
Celebren su día pequeños, nosotros también lo celebramos con ustedes y deseamos que cada instante reciban y sientan todo nuestro amor y admiración.
¡FELIZ DÍA A NUESTROS NIÑOS!